“Y algo que sí era una bomba, una gran bomba, había pulverizado mis ingeniosas mesillas de café de Njurunda, que formaban un círculo compuesto por un yin, de color verde lima, y un yang, de color naranja. Habían quedado reducidas a astillas.
El conjunto de sofás de Haparanda, con fundas de quita y pon naranja diseñadas por Erika Pekkari, ya no era más que basura.
Y no era yo el único esclavizado por el instinto de construirse un nido. Personas que conozco y que solían llevarse pornografía al cuarto de baño, ahora se llevan el catálago de muebles de IKEA.
Todos tenemos el mismo sillón de Johanneshov tapizado con rayas verdes de Strinne. El mío, envuelto en llamas, cayó en una fuente desde una altura de quince pisos.
Todos tenemos las mismas lámparas de papel de Rislampa/Har, fabricadas con alambre y papel ecológico sin colorantes. Las mías ahora son confeti.
……
Compras muebles. Te dices: Éste es el último sofá que necesitaré en toda mi vida. Compras el sofá y durante un par de años te sientes satisfecho de que aunque no todo vaya bien, al menos, has sabido solucionar el tema del sofá. Luego, la cama perfecta. Las cortinas. La alfombra.
Finalmente, te quedas atrapado en tu precioso nido y los objetos que solías poseer ahora te poseen a ti.”
Chuck Palahniuk
0 Commentarios:
Publicar un comentario
<< Home